Shalom amigos: En el día 14 del mes hebreo de adar (el 20 de marzo de 2011) celebramos la festividad de Purim (פּוּרִים). Con ella aprendemos que las cosas no son siempre como parecen, que las personas o eventos pueden cambiar en un instante. La historia de PURIM. Las personas y las aspiraciones disfrazadas La historia comienza con Asuero, el rey de Persia, que gobernaba sobre más de 120 países. Pensaba que era el monarca más grande de todos los tiempos e hizo un gran banquete para alardear de sus riquezas. Cuando quiso presentar su esposa, la reina Vasti, a sus invitados, ésta se negó mostrándole así que él no gobernaba sobre ella. La reina fue inmediatamente expulsada del palacio y otra mujer, sencilla y modesta (אֶסְתֵּר, Ester), entró a vivir en él como una reina. Aunque el rey pensaba que había encontrado a una bella reina persa, nadie sabía que era judía. El rey creía que su pueblo lo amaba, y no se percató de que sus siervos planeaban matarlo. Hasta que el tío de Ester, Mardoqueo (מָרְדְּכַי), escuchó por casualidad la conspiración de la servidumbre e informó sobre ello al rey. Los que pensaban desautorizar al rey acabaron ahorcados. Asimismo, el pueblo judío de Persia pensaba que estaba relativamente seguro. Pero un día se despertó descubriendo que estaba a punto de ser asesinado en una fecha concreta, el día 13 del mes de adar (י"ג אֲדָר) ¿Y por qué? Un judío orgulloso que resultó ser el tío de Ester, Mardoqueo, se negó a someterse al consejero principal del rey, Amán. Este último estaba tan enojado que decidió matar a Mardoqueo y a toda su nación. Sin embargo, desconocía que la amada esposa del rey, Ester, también era judía. Mardoqueo se rasgó sus ropas y se vistió de cilicio y de ceniza (hábito de penitencia) en señal de duelo público. Le dijo a la tranquila y modesta reina Ester que tenía que tomar medidas y salvar a su nación. Ella invitó al rey y a Amán a una fiesta. Amán disfrutó y estaba muy orgulloso de sí mismo, pero en su camino a casa se encontró con Mardoqueo que ni siquiera mostró su respeto al alto cargo. El buen humor de Amán cambió en un instante y se transformó en ira y frustración. Después de consultar a sus amigos y familiares, decidió hacer una horca para colgar a Mardoqueo en ella. Mientras tanto, el rey no podía dormir por lo que pidió a sus siervos que le leyeran su libro de registros privado, así llegó a conocer que Mardoqueo le había revelado la conspiración de matar al rey y se dio cuenta de que Mardoqueo no había sido recompensado. Como Amán estaba en el palacio (para pedir permiso al rey para ahorcar a Mardoqueo), Asuero decidió consultar con él la recompensa. Amán, pensando que el rey quería dársela a él, sugirió que uno de los más altos cargos debería vestir al hombre con las vestiduras reales y la corona, además lo llevaría montado sobre el caballo del rey a lo largo de la plaza de la ciudad pregonando "Esto es lo que se hace con todo aquel hombre que quiere honrar al rey." Pero al final, Amán en lugar de colgar a Mardoqueo, acabó vistiéndolo con atuendos reales y llevándolo sobre el caballo por la plaza de la ciudad. Amán pensó que su humillación estaba a punto de desaparecer cuando fue invitado a otra fiesta con el rey y la reina Ester. Pero resulta que allí su vida cambió por completo. Asuero había prometido a Ester cumplir con su petición, ella reveló su identidad secreta judía y pidió por su vida y por la de su pueblo. Ella señaló a Amán como el "cerebro" que había urdido el plan para destruir a su pueblo. El rey estaba furioso y ordenó colgar a Amán en la horca que él mismo había preparado para Mardoqueo. Asuero dio a Mardoqueo el cargo de Amán como segundo mando tras el rey. La orden para matar a los judíos fue cancelada y se les permitió unirse y defenderse a sí mismos. El día en que la nación judía iba a ser destruida, los judíos celebraron su victoria sobre sus enemigos, y todos los hijos de Amán fueron ahorcados. Ester acusando a Amán Gustave Dore, 1866 Costumbres de PURIM. Identidad y comida disfrazada Así, podemos ver que las cosas no son siempre como parecen... Y lo celebramos disfrazándonos: los adultos se visten como bebés, los niños como héroes, lo ricos como pobres y los pobres como reyes o reinas. Por un día, podemos cambiar nuestra identidad para recordar cómo nuestra suerte cambió. También celebramos la festividad de Purim con la lectura del pergamino de Ester en la sinagoga. Durante todo el año, la sinagoga es un lugar de honor y respeto, nos arreglamos cuando la visitamos y no se hace mucho ruido en ella. Sin embargo, en Purim vamos disfrazados y hacemos sonar las carracas cuando se menciona el nombre de Amán. Incluso nuestra comida está disfrazada, comemos unas pastas con la forma de las orejas o el sombrero de Amán. חַג שָׂמֵחַ! Xag Same’ax (¡Felices Fiestas!) שִׁירָה כֹּהֵן-רֶגֶב Shira Cohen-Regev El equipo eTeacherHebrew |
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